
El mes septiembre en el Japón rural adquiere un gran significado por dos cosas: Los agricultores están cosechando el arroz y la paja, para aprovechar el sobrante de la recogida, artistas locales utilizando grandes dosis de creatividad se dedican a crear extraordinarias obras de arte. En concreto, el material resultante sirve como material de trabajo para el artista Amy Goda, quien está elaborando algunas esculturas de dinosaurios bastante aterradoras. El talentoso escultor que realiza una tarea poco convencional también tiene un don para la configuración de otras bestias gigantes, incluida una intimidante mantis religiosa orando, un cangrejo antagónico y una cobra real enfadada.